Los servicios públicos de odontología suman cada vez más pacientes

 

La escasa cobertura de tratamientos por parte de obras sociales y prepagas o la pérdida de beneficios empuja a los rosarinos a buscar estas alternativas.

En los consultorios externos de la Facultad de Odontología de la UNR hay ocho hileras de 57 sillones. Son las 9 de la mañana de un viernes y están todos ocupados. Afuera, en la sala de espera, todavía hay personas que aguardan su turno para ser atendidos. Durante el año pasado, en el hospital escuela se concretaron 160 mil prestaciones, desde extracciones hasta implantes, y según advierten los profesionales, la demanda está creciendo.

El de la facultad no es el único servicio público de odontología. Los hospitales y los centros de salud de la Municipalidad también tienen guardias odontológicas. Las atenciones más complejas se derivan al Cemar, donde conseguir un turno para un tratamiento de conducto puede llevar más de un mes.

La escasa cobertura de obras sociales y prepagas de los tratamientos odontológicos, el aumento de los aranceles o la pérdida de beneficios suma pacientes a los consultorios de la salud pública. De acuerdo a las estadísticas del municipio, la atención de odontología en los hospitales municipales creció un 5 por ciento, comparando los cinco primeros meses de este año con los de 2016.

En términos absolutos esto significa unas 3.500 prestaciones más realizadas de enero a mayo. Y, según señala la directora de Salud Bucal, Laura Marmirolli, el número no incluye la atención brindada en los cuarenta servicios que funcionan en los centros de salud y aún no están cargados en los sistemas informáticos. "Cuando terminemos esta carga, seguramente encontraremos que el aumento en la demanda es aún más significativo", advierte.

Marmirolli apunta que sobre todo en los barrios se está observando la apertura de nuevas historias clínicas vinculadas a personas que han perdido su obra social, están atrasadas con las cuotas de su prepaga o cuentan con cobertura de salud pero no pueden afrontar el costo de los coseguros.

"Generalmente la atención odontológica no se resuelve en una sola práctica o el tratamiento demanda medicamentos, lo que dificulta que las personas accedan en forma particular. Por eso recurren al sector público, donde se aseguran la atención completa, la medicación y el seguimiento", afirma.

Sin cobertura

Tener una sonrisa completa no sólo es una cuestión de salud, muchas veces favorece también las relaciones sociales e incluso el acceso a un empleo. Sin embargo, el cuidado de la salud bucal no siempre está atendido en la oferta de los planes de salud. El Programa Médico Obligatorio (PMO) define cuales son las prestaciones y servicios básicos que deben cumplir las obras sociales.

En relación a la salud bucal, el listado incluye tratamientos básicos y preventivos.

Los más costosos, prótesis, ortodoncia o implantes, apenas están cubiertos por los planes más altos de algunas prepagas. "Algunas obras sociales ni siguiera contemplan las prestaciones del PMO y no hay un organismo de control, o los que hay no alcanzan, para velar por los derechos de los afiliados", explica el secretario del área de asuntos laborales y gremiales del Colegio de Odontólogos, Gerardo García de la Cruz.

Por eso, agrega, "no es casual que en situaciones de crisis económicas se incremente la demanda en el sector público".

En la universidad

El trajín diario en los consultorios de la Facultad de Odontología de la UNR no es una postal nueva. El año pasado en la facultad se realizaron 160 mil prestaciones y, según confían los profesores, este año se superará este número. "Desde la facultad hemos implementado mayores posibilidades de atención y hemos sido acompañados por la población", advierte el decano de la casa de estudios, Darío Masía, y destaca que al servicio concurren no sólo rosarinos sino de localidades vecinas e, incluso, de países limítrofes.

Los tratamientos no son gratuitos, pero los pacientes sólo tienen que abonar los costos de los materiales y descartables utilizados. Masía destaca que los servicios que brinda la facultad "no son los de un consultorio privado", pero son una alternativa a la que la gente recurre para poder resolver su necesidad de atención y, sobre todo, porque sabe que "reciben un cuidado de excelencia y también la contención humana que hace falta cuando se habla de un problema de salud".

La casa de estudios de Santa Fe al 3100 funciona como un hospital escuela. Tienen una guardia las 24 horas y servicios que permiten abarcar desde extracciones hasta la realización de implantes, con servicios propios de esterilización, anatomía patológica, cirugía y microbiología. Entre todos los servicios, suman 270 puestos de atención.

Además de los "sillones" disponibles en la facultad, los docentes y estudiantes sostienen también el funcionamiento de trece consultorios en el sur, el norte y el oeste de la ciudad. "Siempre hemos tenido muchos pacientes", señala la directora de la cátedra de Odontología Social IV, Noemí Genz, y relacionó esta situación con la situación económica que se vive en algunos barrios, donde "hay gente que no tiene ni para pagar el colectivo que los deja en la facultad".

El objetivo de la cátedra es trabajar en prevención, por eso una de las tareas de los alumnos es brindar charlas en instituciones y escuelas del barrio sobre salud bucal. Además de estas campañas educativas, en los consultorios se resuelven también los problemas de atención primaria y después se deriva a la facultad para la realización de prótesis o coronas.

Según Genz, afortunadamente, "la gente tiene mucha más conciencia sobre el cuidado de la salud bucal. Tienen más información y eso también se nota en la demanda de servicios".

 

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